23 junio, 2009

Excusas (con regalito especial)

Me interesa excusarme. Ex-cusarme: sacar para fuera algo que desconozco (¿qué será "cusarme"?).
Lo importante es decir por qué me estoy demorando en embocar algún tema para colgar en el blog. Bien, ocurre que estoy muy atareado con cuestiones laboratóricas; me consumo en el fuego del conocimiento hecho todo neuronas.
Concretamente es que me dedico más a mi quehacer más urgente y necesario: el estudio, y..., algunos laburitos que me prodiga el estudio...
Ya veré qué encuentro para mandar algún buen (o más o menos) bocadillo por correo a mis "seguidores". [A propósito... Hay una "seguidora" detrás de mis zapatos. Vean...]
......
Dicho esto, les dejo un regalito para no ser descortés... Es un framento de un magistral estudioso argentino, en el cual se trabaja sobre una crítica de la escritura y del estilo burgués occidental (que, dicho sea, es más o menos en lo que ando metido últimamente).

"... la cuestión del estilo se fue convirtiendo en algo completamente personal y ejercido a través de la escritura. Se llamó entonces estilo, en lo literario, al uso privativo del lenguaje escrito, a lo que distingue e identifica a cada autor. (...)

Si la literatura escrita borró en su casi totalidad la base social del estilo, es por la eliminación que produce de los elementos expresivos no lingüísticos de la forma, para dejar sólo los lingüísticos. (...) Se podría decir entonces que el pase a la escritura consuma el aburguesamiento de la palabra, pues en la mayoría de los casos al narrador no le interesará expresar los valores de su cultura, enriquecer una tradición creando dentro de su cauce, sino explorar y exhibir su subjetividad con ínfulas de autonomía."

COLOMBRES, Adolfo, Celebración del lenguaje. Hacia una teoría intercultural de la literatura, cap. IV: "La cuestión del estilo, o los recursos del éxtasis", Bs. As., Ediciones del Sol, 1997, págs. 85-86

]Saludos desde
el
fondo[

01 junio, 2009

La vuelta

Con bajas pero sobrio

¡Hola, camaradas de Internet y el mundo!

Vuelvo a la guerrilla semiótica con algunas bajas. Ya no, hay que decirlo, con la misma fuerza de antes. Con cada vez más municiones en la selva de la comunicación, pero, como se sabe, las armas con que uno cuenta para disparar no tienen la misma calaña que la de los pulpos.

De todos modos, nuevamente bienvenidos a este apasionante mundo de las apariencias.

¡¡Salud!!

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] Con su permiso, un poema y una imagen: [

Quienquiera seas tú que me lees,

amigo o enemigo, quiero despedirme

cordialmente de ti. Adiós. Ya no sé

si de estos mis versos indolentes esperas

acaso el recuerdo de una emoción,

una distracción después del trabajo,

escenas vivientes, palabras ingeniosas,

o errores de gramática; ojalá en este libro

encuentres aunque sólo sea una migaja

para tu corazón o para tus ensueños,

para tu distracción o para la polémica.

Y ahora, separémonos; ¡adiós, lector mío!

Aleksandr Pushkin

[estrofa de la novela en verso Eugenio Oneguin, publicada en serie, entre 1823-1831]

(Autorretro de Pushkin, duelo con su personaje Oneguin a orillas del río Neva)